Hoy salio el sol
aunque en la mañana la rutina estaba congelada a menos tres grados,
al medio día ya estaban algunos rayos queriendo penetrar la espesa capa de neblina. Las nubes no se decidian, y yo ya miraba el cielo y quizas mi cara soltaba una sonrisa al aire, imaginando que no existe nadamas que yo y el cielo, que estabamos aparte en otro mundo...
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