viernes, 28 de septiembre de 2012

Las cosas lentas del paisaje carretero


Relato N° 3 de la carretera; Las cosas lentas del paisaje.

A veces, cuando voy por la carretera, pienso que todos los campos son texturas y que todos los colores de los huertos forman combinaciones secundarias y tonalidades en gradación. Luego me empiezo a imaginar una canción suave que va al ritmo de las cosas lentas que salen de las chimeneas. Las fábricas tienen en los techos pájaros que esperan, que se dejan caer y luego vuelvan.  Y cuando tu vuelves, provocas una tormenta que no se explica con palabras perfectas ni adecuadas, porque cada frase es un pensamiento de una escena que se desea, que se ansía, que se prueba de tan solo imaginarla, pero que no se disfruta hasta lograrla.

Finalmente, cuando voy a llegar a mi destino, se visualiza ese paisaje común, pero abstracto. Que no se define sin mencionar lo que se ve y observar que cuando me voy adentrando, voy imaginando como es y pensando en como sería si no fuera.

domingo, 23 de septiembre de 2012

Lunes 24 de Septiembre y dos amantes en el polo

Antes, caminaba sobre mis propios pasos, como en un círculo o en un deja vú...Hasta que una vez te vi, me rendí y caí en un precipicio que parecía infinito ante los ojos. Decidimos jugar, pensar y no salir de aquel lugar. Recordamos que estamos vivos, nos vemos y hasta rompemos la barrera de la intimidad.
Comía de ti, bebía. Hablábamos de cuerpos, de cosas que hacían reír. Y entendí. No necesito estar parado allí afuera para poder gritarte, que no necesito exponerme al frío para demostrarte que también me congelo. Basta con extender mis manos, saltar y provocar que el viento me vuele a donde siempre vayas.

sábado, 22 de septiembre de 2012

Puras palabras mezcladas en la carretera


¿Cómo describir ese sueño?
Pensar que no tengo ansias y que lo que escribo, no despierte mis pesadillas.
Cuando despertemos, quiero que el tacto se vuelva piedra, pero por dentro, circulen venas, circule sangre, circules tú.
Que mañana sea un día que nunca más exista, que nunca existió y que mientras el camino nos mueva, en tus ojos encuentre un mar, que necesito, que me navegue, que me apacigüe, que me libere dentro y que me vuelva a preguntar como describir este sueño.

Después, quiero seguir pensando que sigues aquí, describirte con la mirada, hacerme miles de preguntas sobre ti. Pensar, que olemos el mismo concreto, que vemos los mismos edificios y los mismos pájaros en los mismos árboles de siempre.
Y si la ciudad no nos ha absorbido, correremos por las calles entre la gente, viendo las caras de las personas, sonriendo, siendo serias, estando enojadas, llorando, siendo indiferentes.

Cuando se haga de tarde, seguiremos al sol a donde vaya. Huiremos a ese rincón entre los cerros, a ese refugio fugitivo. Fugitivos, seremos siempre fugitivos para estar, crear palabras y silencios. Para estar en espacios mudos llenos de circulación y movimiento de los cuerpos, que desnudos, hablan entre ellos. Que desnudos, no pertenecen a nadie más que al tacto de las manos y la lengua, la saliva como un estimulante, el semen como pacto y los pájaros de la ventana como testigos de una escena que se quiere repetir todos los segundos del reloj.




sábado, 1 de septiembre de 2012

Visiones n̶o̶ ̶e̶s̶q̶u̶i̶z̶o̶f̶r̶é̶n̶i̶c̶a̶s̶ de un relato a las tres de la mañana

Y él, seguro que en algún lugar de ayer encontró lo que buscaba, como quien sabe que el amarillo y el rojo forman otro color, se fue caminando a dormir, pensando.
Cuando vio sonreír, cuando tocó lo que muchos resguardan con recelo. Cuando sus pies movían hacia lugares extraños y distintos y que la noche les permitió estar sin que les pidiera excusas ni pretextos.
Y cada gesto, cada expresión y cada palabra que de su boca permitía escuchar el ruido de las tres de la mañana, era como pensar que no iba a desaparecer nada y que subiría la razón de querer estar. Y cada paso y cada trago y cada todo, eran otra razón. 
Pero él, sigue escondido para el mundo, invisible, abstracto y temeroso. Queriendo nada y queriéndolo todo al mismo tiempo. Resguardando lo poco que le queda de paciencia y dignidad ante el mundo y ante todo